GESTIÓN DEL BANKROLL (II)

La semana pasada, intentamos poner énfasis en la importancia de la gestión del bankroll como clave para lograr beneficios a largo plazo. Expusimos algunas situaciones, en algunos casos exageradas, pero que en mayor o menor medida, a todos nos suceden mientras damos nuestros primeros pasos en el mundo de las apuestas.

Establecimos unas prácticas de las que debemos apartarnos para llegar a buen fin. Como los mandamientos, todas se resumen en uno, esto es, no dejarse llevar por las emociones para aferrarse al plan establecido por encima de los suculentos "beneficios" que tendríamos si tal equipo marca, o si tal tenista hace ahora un break, ...

En este artículo, vamos a dar unas pinceladas sobre cuáles son los criterios que debemos aplicar a la hora de gestionar nuestro dinero.

En este punto, un aviso. Quién esté esperando encontrar la fórmula mágica que asegure beneficios en función de la gestión del bankroll, quedará decepcionado.

Esto último concepto es aplicable para quién intenta aplicar gestiones de bankroll con origen en los juegos de casino y que "aseguran" el éxito seguro. Por ejemplo, sistemas como la martingala (ruleta) o el método kelly (blackjack), si bien no son recomendables matemáticamente por los riesgos incrementables en el riesgo que implican, están fundamentados en una estadística "cierta". (el rojo y el negro tienen un cincuenta por ciento de probabilidad, y en el caso del blackjack, las posibilidades de que salga cierta carta, dependerá de las que ya estén en juego)

Así, el principal problema que surge a la hora de aplicarlos a deportes, es que no los podemos contrastar con unas posibilidades de éxito "ciertas". De esta forma, además del problema indicado del riesgo incremental, añadimos las más que posibles desviaciones resultantes de nuestros cálculos estimativos de las probabilidades de que tal evento ocurra (que un equipo gane, que marque más de x goles,...)

Por ejemplo, con el método kelly, que basa el importe de la apuesta en la diferencia entre el porcentaje que representa la cuota y la probabilidad estimada para dicha apuesta, nos puede llegar a niveles de apuesta que implican un riesgo desproporcionado. Para ver gráficamente la diferencia, en un partida de blackjack, no pueden expulsar a la J de corazones, ni el 5 de picas se puede lesionar, ni puede caer una lluvia torrencial sobre la mesa que condicione el resultado de la partida.

Con todos esto, solo queremos remarcar, que si bien hemos de utilizar las estadísticas como referencia en la elección de apuestas, no las podemos tomar como indicativas a la hora de gestionar nuestro bankroll.

Precisamente por esto, en el caso de los deportes, la fórmula aplicable dista mucho de extraños coeficientes, números pi o complejas ecuaciones que dictaminen la cuantía de nuestra apuesta. Como podréis comprobar, se acercan más al sentido común, que a la teoría de la relatividad de Einstein.


Primer paso: Conocernos

Al principio, hemos de dedicar un tiempo a saber cómo somos, cómo es nuestra "intuición" a la hora de seleccionar apuestas, cómo es el sistema que nos ayuda a seleccionar los picks, o cómo es nuestra destreza a la hora de realizar tradings. Este primer paso, aunque obvio, es fundamental. Y muchas veces no nos detenemos lo suficiente.

¿En qué porcentaje de apuestas/tradings salimos con beneficios?
¿Cuál es el porcentaje medio de estos beneficios?
¿Tenemos un porcentaje de acierto que comparado con los beneficios medios que obtenemos, tiende a un largo plazo con beneficios?

Por ejemplo, podemos tener un porcentaje de acierto del 80% de nuestras apuestas, pero tan solo conseguimos un porcentaje de beneficio en cada una del 10% (equivaldría a una cuota de 1.10).

Supongamos una cantidad apostada (stake) que sea fija, 10 unidades por ejemplo. Tras 120 apuestas este será el resultado:

96 apuestas ganadas = 960 euros apostados * 10% beneficio = 96 euros.
24 apuestas perdidas = 240 euros apostas = -240 euros.
Total tras 100 apuestas = 96 - 240 = -144 euros.

Esta situación nos tendría que hacer desistir de empezar las apuestas como inversión. No hay gestión del bankroll que haga que a la larga podamos salirnos con beneficios.

El caso contrario sería, por ejemplo, un 60% de apuestas acertadas, con un beneficio de 100% (equivaldría a una cuota 2.00). Éste sería el resultado:

72 apuestas ganadas = 720 euros apostados * 100% beneficio = 720 euros.
48 apuestas perdidas = 480 euros apostados = -480 euros.
Total tras 100 apuestas = 720 - 480 = +240 euros.

Tal como hemos dicho, este punto es obvio, pero es para dejar claro, que ni la mejor gestión del bankroll podrá hacer que consigamos beneficios si no tenemos un porcentaje de acierto superior al porcentaje de beneficios que obtengamos.

En cuanto a este análisis aplicado al trading, cobra más importancia el hecho de conocerse a uno mismo, ya que por la propia naturaleza de este tipo de operación, los resultados nos son fijos, ya que dependen mucho del transcurso de los eventos. Así, nos hemos de asegurar de saber cómo reaccionamos en las diferentes situaciones. Para ello, estaría bien que nos contestasemos a estas preguntas:

¿Establezo un riesgo máximo a la hora de realizar estas apuestas?
¿Establezo un beneficio objetivo?
¿Cierro los tradings cuando éstos alcanzan el límite máximo de pérdidas?
¿Aseguro los beneficios cuando llego a la cifra marcada previamente?

La respuesta positiva a estas preguntas nos ayudará a saber qué porcentaje de beneficio a largo plazo tenemos. Si alguna de las respuestas es negativa, tendríamos que revisar nuestra forma de operar, ya que sin saber qué podemos perder, o qué vamos a ganar, dificilmente podremos establecer una gestión de bankroll coherente.


Segundo paso: Las rachas

Por desgracia, las apuestas no son un porcentaje de beneficio fijo y constante. Unas veces, tendremos una serie de apuestas en que todo nos sale bien, y otras, veremos en que parecerá que se han alineado los planetas en nuestra contra y encadenaremos una serie de pérdidas. Esto es así, es una realidad y hemos de convivir con ella. Comprender este punto es la parte más importante.

Siguiendo con el caso del punto anterior. Tenemos un porcentaje de aciertos de un 60%. Éste porcentaje es un promedio. Si repartimos las 120 apuestas del ejemplo, en diez apuestas mensuales, difícilmente en todos los meses acertaremos exactamente un 60% (de hecho, es imposible, ya que para ello tendríamos que acertar 7,2 apuestas !?). Así, nuestro 60% de aciertos en un año se compondrá de diferentes porcentajes de acierto cada mes. Unas veces tendremos ocho o más aciertos y, otras veces, tendremos siete o menos aciertos.

Desde luego, lo expuesto en el último párrafo, es evidente, y seguro que todos ya lo sabíamos. Pero , ¿somos conscientes de lo que significa respecto a la evolución de nuestro bankroll?.

Desarrollemos el ejemplo. Partiendo de un 60% de acierto. ¿Qué probabilidad existe de que, en un mes en concreto, acierte más de siete apuestas?¿Y de que acierte menos de ocho?. Para calcular esto aplicamos una herramienta estadística denominada distribución binomial. Las respuestas a las preguntas planteadas, quedan recogidas en el siguiente cuadro:


De este cuadro podemos extraer conclusiones que nos deben ayudar a la hora de gestionar nuestro bankroll.

Siguiendo con el ejemplo, para conseguir el porcentaje de beneficios objetivo en un mes concreto, tendríamos que acertar 7,2 apuestas. Esto quiere decir, que si acertamos siete apuestas, estaremos por debajo de nuestro ratio objetivo. Si acertamos seis, nuestro beneficio será cero. Si acertamos menos, estaremos en pérdidas. ¿Qué significa esto aplicado a nuestro bankroll?¿Qué podemos esperar para un 60% de acierto?

Por un lado, tendremos beneficios por encima de nuestro objetivo (ocho aciertos o más) en tan sólo cinco meses del año.

Por otro lado, durante otros cinco meses, no tendremos beneficios o éstos estarán por debajo del objetivo (seis o siete aciertos).

Y finalmente, durante dos meses, tendremos pérdidas. (cinco aciertos o menos).

Ésta última conclusión es la más importante de todas. Si bien aquí hemos desarrollado el ejemplo para un periodo de un año, es aplicable a los intervalos temporales que se ajusten mejor a nuestra forma de apostar. El resultado es el mismo:

Aunque tengamos un elevado porcentaje de éxito en nuestras apuestas, durante ciertos periodos, tendremos pérdidas.

Aceptar esto, es tener media batalla ganada. Hemos de aceptar los periodos de pérdidas como algo natural. Forma parte de las apuestas. Comprenderlo así, nos ayudará a seguir nuestro plan, sin caer en el nerviosismo, ni los agobíos intentando "recuperar" pérdidas, ya que éstas forman parte del resultado final, y será el seguimiento de nuestro sistema el que realice esa función.


Una vez establecidos estos dos principios, pasaremos a determinar la gestión de bankroll que aplicaremos, qué porcentaje de bankroll hemos de utilizar, cuándo incrementarlo, distribución por etapas...aunque este tema lo trataremos en el siguiente artículo.

Esperamos que esta información os sea útil y sea una herramienta que utilicéis para conocer mejor los riesgos y las posibilidades que existen para conseguir beneficios.


Betfair Maniacs

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